Rodeado de periodistas, el candidato republicano para el gobernador de Virginia Ed Gillespie llena su boleta en el gimnasio en Washington Mill Elementary School el 7 de noviembre de 2017 en Alexandria, Virginia. AFP


La elección de gobernador este martes en el estado de Virginia tiene ramificaciones en todo Estados Unidos por ser una prueba para el Partido Republicano y el estilo divisorio del impopular presidente Donald Trump.

Una victoria en este estado, un campo de batalla clave en el país, del vicegobernador demócrata Ralph Northam demostraría un rechazo de los votantes a las políticas económicas de Trump así como a las políticas divisorias que marcaron su campaña en 2016 y que han ensombrecido su mandato.

También inyectaría energías al Partido Demócrata -actualmente afectado por luchas internas- antes de las elecciones legislativas del año que viene, y mostraría a los republicanos que favorecer al controversial Trump tiene un precio.

Virginia votó dos veces por el presidente anterior Barack Obama y Hillary Clinton se llevó este estado en la presidencial del año pasado, ganada por Trump.

Pero con encuestas que muestran a Northam solo con una estrecha ventaja, la carrera por la gobernación puede ir para cualquiera de los bandos.

Una victoria del competidor republicano Ed Gillespie validaría seguramente el estilo agresivo de Trump.

Gillespie aseguró que será "un gobernador para todos los habitantes de Virginia" en su último acto de campaña, en el que unas 100 personas -incluidos voluntarios- abarrotaron el sótano de una oficina del Partido Republicano en Fairfax.

Pero poco antes de que Gillespie hablara, fue el director de su campaña, Pete Snyder, quien reconoció que la elección era más que una cuestión regional.

"Los ojos de la nación están en Virginia", dijo Snyder. "Todo el mundo está mirando".

Eso incluye al propio Trump, quien tuiteó el lunes que la "economía de Virginia, bajo mando demócrata, ha estado terrible".

Si los republicanos logran que Gillespie sea elegido, "sería excelente".

Trump no ha hecho campaña para Gillespie, y aunque al candidato le han preguntado incesantemente por qué, ha declinado responder.

- Trump "bajo efecto de esteroides" -

Gillespie no ha jugado la carta de Trump directamente, pero sus múltiples anuncios de campaña, que han alimentado el debate sobre asuntos como raza, armas, migración ilegal y el destino de las estatuas confederadas, apuntan a un claro alineamiento con el presidente.

"Es Donald Trump bajo el efecto de esteroides", dijo el actual gobernador demócrata Terry McAuliffe a la emisora WQRX.

Gillespie, antiguo líder del Partido Republicano, huele por todos lados a política tradicional. Pero el hombre de 56 años está buscando aprovechar el nacionalismo populista de Trump, en momentos en que una creciente diversidad electoral hace cada vez más difícil para los republicanos ganar elecciones regionales.